Al hablar o escribir o googlear información sobre el día del maestro, vuelven cosas como "el legado que Sarmiento nos dejó", "recordar el oficio del educador","en honor a la creación de las primeras escuelas y a la idea de educación igualitaria y gratuita para todos". Pero en este día del maestro, siendo docente, me vuelven otros interrogantes (muy personales) que me interpelan y espero puedan llegar más allá de mí.
¿Soy crítica con mi formación docente? ¿Reveo mis esquemas o experiencias anteriores o mi historia como alumna, para reflexionar y hacer de otras formas aquello que no me resultó una experiencia positiva? ¿O es más cómodo y fácil repetir lo ya conocido? ¿A quién le sirve repetir un pasado que a veces se acomoda a esquemas viejos? La realidad escolar cambia todo el tiempo, yo cambio todo el tiempo, ¿mi práctica docente también cambia? ¿Mis estrategias pedagógicas se modifican y se cuestiona mi lugar docente y mi saber/poder?
Creo que son interrogantes que incomodan y resultan difíciles de contestar. Pero creo que está bueno que estén: que el ser docente es estar vivo y es estar más en el presente que nunca, que las realidades sociales de los chicos son otras y que muchas veces las instituciones tienen telarañas de rituales, manuales y modos de enseñar y de transitar la educación que se enmarañan y pelean con las nuevas realidades sociales de los alumnos y de los docentes. Y, en realidad, olvidamos, que las instituciones están gracias a los seres humanos que las habitamos, que las vivimos, que las transitamos día a día.
Así que en ese honor de transitar, caminar y construir conocimientos junto con adultos y niños, es que pienso que en el Día del Maestro, es necesario preguntarnos en qué lugar estamos como docentes, desde donde construimos y de-construimos conocimiento con nuestros alumnos y por qué y para qué estamos enseñando eso que enseñamos. Qué sentido tiene lo que hacemos para nosotros y para los otros.
Re actualizarnos y re pensarnos en el presente, hace que también dialoguemos desde un lugar distinto con los otros.
Si después de tantas preguntas y críticas, nos queremos mimar y regalar algunos presentes, no nos ofendemos, pero ¡que viva la educación con preguntas, dudas, y más presente que nunca!
